jueves, 21 de junio de 2012

El suicidio, el tránsito y la luz

Estos días estoy recibiendo varios correos en los que me sugerís que hable de ciertos temas, entre ellos destaca el suicidio. Me encanta que preguntéis, os animo a seguir haciéndolo.

Hablar del suicidio no es fácil, especialmente para los que nos quedamos, para los familiares y amigos que han vivido esta dura experiencia. Cuesta entender qué motiva a los que deciden marcharse "antes de tiempo", puede ser el dolor, la angustia, la enfermedad, el temor, etc.

A veces, la culpa atrapa nuestros pensamientos, ¿podíamos haberlo evitado?, ¿qué señales pasamos por alto?, ¿por qué no me di cuenta de lo que era tan evidente? No podemos o no deberíamos cargar con un peso que no es nuestro.

Hay tantas preguntas cómo personas somos y posiblemente pocas sean las respuestas que tengamos o recibamos que aporten la tranquilidad que buscamos. 

Por otra parte, vivimos en un mundo laico pero con una presencia religiosa muy presente que sin duda hace que nos preguntemos qué pasa con quiénes se suicidan, a dónde van, estarán perdidos por toda la eternidad, vagando sin encontrar la paz o la encontrarán y se reunirán con sus seres queridos. Se nos olvida que somos amor, y que cada ser, cada alma, elige cómo vivir y también cómo morir. Somos responsables de nosotros, y es cierto, que los actos y decisiones de los demás, en algunos casos marcan más que en otras. Pero no debemos sentirnos responsables de lo que hagan los demás.

Por mi experiencia como médium, no he visto ninguna diferencia entre los seres que han muerto por su propia mano o aquellos que lo han fallecido de muerte natural, enfermedad o de manera trágica. He transmitido mensajes de seres que se habían suicidado, estaban en la luz y brillaban, relataban a sus seres queridos que su tránsito había sido bueno, habían sido recibido por familiares y guías. Alguno de ellos, habían pasado un tiempo descansando y asimilando lo que había ocurrido con sus vidas y su muerte, pero lo mismo ocurre con el resto de las muertes.

Las preocupaciones o los temas de interés que tienen los seres que se han suicidado son iguales a los del resto de los muertos. Siguen su proceso evolutivo, cada uno a su ritmo, aprendiendo e integrando lo vivido para luego, hacer una valoración que les llevará a decidir si quieren permanecer junto a sus seres queridos apoyándoles durante un tiempo determinado o indefinido, elegir descansar, trabajar algún aspecto necesario para ellos o cambiar de plano. 

Cuando me comunican que alguien ha muerto, suelo enviarles luz y amor, aunque a veces no suele ser necesario. El envío de luz y amor, de esta energía tan potente, nunca es perjudicial y siempre es un aporte extra de fuerza clarificadora, puesto que es amorosa. También se puede enviar a los que estamos en este plano, es decir, vivos.

Si alguien quiere enviar luz y amor, es muy fácil de hacer, simplemente actuamos y pensamos desde y con el corazón. Si queréis más información sobre ello, dejo el enlace de una entrada en que se se habla de enviar luz y amor.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

viernes, 15 de junio de 2012

La ouija, uso y peligros

Esta entrada es un poco especial pues en ella voy a intentar responder a varios de vuestros correos, en los que habéis preguntado si se puede conectar con los seres queridos a través de la ouija. Pero antes de contestar, me gustaría hablar un poco de ella y de su significado.

La ouija es, en realidad, una puerta abierta a otro plano en el que podemos conectar con los seres que se encuentran allí

Para ello, se suele utilizar un tablero en el que aparece el abecedario, los números del 0 al 9 y dos palabras, si y no o a veces, hola y adiós. Se puede utilizar tanto a nivel individual como en grupo. Normalmente se suele colocar un vaso sobre el tablero y a través de la energía de los que están presentes, éste se mueve dando la información que se ha preguntado.

En teoría, el vaso o lo que utilicemos a modo de indicador, debería moverse debido a la energía que mueve el ser conectado; sin embargo otras veces, son los propios participantes quiénes manipulan las respuestas, buscando con el movimiento del vaso, la respuesta que desean.

Mi postura ante la ouija es de no utilizarla, a no ser que se esté en presencia de una persona que sepa distinguir qué seres son los que aparecen y en qué nivel energético o a qué nivel evolutivo o astral están. Dicho de otra manera, estamos abriendo una ventana a todo lo que está ahí fuera, sin filtro. Y ello tiene cierto peligro si no lo controlamos correctamente, pues podemos conectar con seres perdidos, burlones, angustiados, o con seres equilibrados.

De hecho, se juega mucho con el miedo. Cuando estamos reunidos, a la expectativa de este juego, se juntan muchas energías que a veces son complicadas de separar o discernir. Los miedos atraen a más miedos y la luz, a más luz. Hay quienes suelen aprovechar estas sensaciones para sacar provecho de ellas.

Recuerdo que durante mi adolescencia en el colegio, al terminar las clases, había grupos de varias personas que se reunían para "invocar a los espíritus". Alguna experiencia fue traumática, debieron de recibir informaciones confusas o las entendieron mal y realmente hubo casos de trastornos psicológicos que por suerte pasaron rápido.

Mi experiencia con la ouija, ha sido siendo adulta y aunque se contactó con seres que eran amorosos, recuerdo que la sesión no me gustó. Tal vez, se pueda deber a que al ser canal, conecto directamente y es fácil distinguir quién es quién y con que actitud llega. Además, soy partidaria de que el recibir un mensaje es un hecho íntimo y personal, casi privado. Otra cosa, es que la persona que recibe la información quiera compartirla con más personas o que la haga pública.

Mi consejo suele ser, el de no utilizar la ouija y si se está decidido a hacerlo, que se realice en presencia de un canal, de un médium, de alguien que sepa qué hay al otro lado. Porque si no es así, la diversión puede convertirse en algo más trágico. No es mi intención asustar a nadie, pero si avisar que entraña un peligro y que debemos ser totalmente responsables de nuestros actos, sabiendo en todo momento qué estamos haciendo.

Si alguien desea establecer contacto con un ser querido, mi consejo es que busque bien, se informe y seguro que encontrará a un buen profesional que le ayudará en todo lo que pueda.


La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

sábado, 9 de junio de 2012

Agradecimiento tras el Taller de Canalización

Llevo un par de semanas sin publicar nada en el blog porque no llegaba a todo. Pero ya estoy aquí de nuevo con todos vosotros.

Hoy día 9, se ha celebrado el Taller de Canalización. Ha sido muy bonito. He conocido a personas muy interesantes, con ganas de trabajar, de participar y aprender.

Además de teoría sobre lo que es la intuición, la videncia, la mediumnidad y la canalización, hemos realizado trabajos prácticos. Una visualización para conectar y conocer nuestra propia energía, y después hemos trabajado con la energía de los demás, diferenciándola de la nuestra, conectando y abiertos a recibir información.

He disfrutado muchísimo, he aprendido mucho con todos ellos y ha sido una gran experiencia que no ha quedado aquí, seguiremos trabajando con la energía y canalizando.

Quiero dar las gracias a todas las personas que han participado por su generosidad, entrega y ganas de compartir sus experiencias, miedos, dudas, alegrías, vivencias, haciendo que el taller avanzara y evolucionara por si mismo; y, por aportar y crear una energía y bienestar estupendo que ha posibilitado que personas que tenían bloqueos y miedos, se hayan abierto a fluir y dándose cuenta de todo su potencial. 

Me gustaría destacar el esfuerzo que han hecho quiénes se han desplazado desde Bilbao y Logroño, para realizar el taller; y mandar un saludo para los que no han podido hacer este taller porque ya no quedaban plazas libres.

Nos veremos en los siguientes cursos. A los que les apetezca apuntarse, les invito a que lo hagan. La lista está abierta de nuevo para los próximos talleres y cursos.


La foto es de un mandala mío.