martes, 21 de agosto de 2012

Espiral, camino de evolución, vida y muerte

Solemos asociar la vida y la muerte con el comienzo y el final. Pero no es así. El alma, nuestra esencia, es eterna. Cuando decide que es el momento adecuado para avanzar, crecer, aprender y evolucionar determinados aspectos, emprende un viaje que le llevará a vivir sus retos.

Este viaje, se llama vida. Nacemos, comenzamos a vivir, a experimentar, a sentir emociones, percibimos el dolor  y la alegría, el desasosiego y la tranquilidad, y entre ambos extremos, quedan aún múltiples gamas de emociones por desarrollar e integrar.

No solemos plantearnos el momento del nacimiento, si hemos sufrido, si lo hemos hecho alegres; simplemente lo olvidamos. Damos por supuesto, que es un proceso natural; y salvo que haya habido alguna complicación o percance durante el parto, el nacimiento pasa a ser un motivo de alegría, un recuerdo bonito que celebramos cada año, y le llamamos cumpleaños.

Antes de nacer, éramos alma y para estar en la tierra, necesitamos un vehículo para caminar, una carcasa que se convierta en nuestra casa, que es nuestro cuerpo. Generalmente, no recordamos nuestro paso de ser alma a integrarnos en un cuerpo. Pasa desapercibido, ni nos lo planteamos y eso que hemos dado un gran salto; hemos vivido un gran proceso que también es un comienzo y un final.

La muerte es como el nacimiento. De nuevo, nos preparamos para vivir otro cambio, una transformación que nos lleve de regreso a casa como almas que somos. Esta fase se llama muerte, en la que dejamos atrás la envoltura física, para volver a ser esencia, alma o espíritu, para volver a reencontrarnos con otros seres amados. 

La muerte supone de nuevo un mismo proceso, dejamos atrás algo viejo e iniciamos un comienzo. Nos preparamos para regresar con las lecciones aprendidas, con las que decidimos trabajar cuando llegamos a la vida. Una vez fallecidos, vivimos otra fase, la de recapacitar y poner en orden lo que ha sido nuestra vivencia, nuestra vida y comprobar si realmente hemos realizado nuestros propósitos iniciales, aquellos que decidimos aprender o desarrollar al nacer. 

Transcurrido un tiempo, cada ser el que necesite, no hay límite de tiempo, ni presión, decidimos regresar para vivir y aprender nuevas situaciones. Para ello, volveremos a nacer, volveremos a reencarnarnos dando comienzo de nuevo a otro proceso de comienzo y final.

Si pudiéramos dibujar este proceso, veríamos una preciosa espiral, formando círculos que van en ascenso. Podremos volver a vivir situaciones similares pero no iguales, que nos llevará a ascender, a pararnos o descender, según lo que necesitemos aprender. Al final, aunque no hayamos tomado las mejores decisiones, alcanzaremos el siguiente nivel de ascenso en nuestro camino evolutivo, que es lo que significa avanzar, crecer y evolucionar vibracionalmente.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Abriendo los ojos a la Vida y a los cambios que vienen

Si hay un tema del que preferimos no hablar o pasar de puntillas, es sin duda, la muerte. Parece que con sólo nombrarla, ya estamos invocándola, pero no es así. Antes o después todos viviremos este proceso en el que dejaremos el cuerpo físico, para volver a ser alma o espíritu. 

Normalmente, no recordarnos haber estado en otro lado, ni venir de otro plano. Al nacer, regresamos a la tierra desde nuestra casa, desde el lugar o dimensión en el que estamos. Lo hacemos con una misión o trabajos determinados que cada alma, cada ser, elige sin que presión de ningún tipo.

Se trata de una decisión en la que prima, el trabajo evolutivo, el desarrollo del alma. Puede que el alma necesite un período de descanso y elija tener una vida cómoda o fácil, resolver cuestiones emocionales relacionadas con otras almas, enfrentarse a dificultades que no puedo o supo superar en otras existencias, etc, arreglar conflictos que quedaron pendientes, iniciar nuevos aprendizajes, etc.

También entre estas misiones, y especialmente coincidiendo con momentos históricos y evolutivos claves; ciertas almas deciden venir para aportar luz y claridad, para resolver problemas, ayudar a encontrar soluciones. En estos momentos de confusión planetaria, se irán haciendo visibles e irán surgiendo tanto a nivel mundial como cotidiano. Les distinguiremos por ser personas que harán que reflexionemos, que nos planteemos cuestiones que hasta ese momento no habíamos tenido en consideración y eran importantes, etc

Normalmente, estos seres, tienen un nivel vibracional o energético y evolutivo superior al resto. Esto no significa que sean mejores que el resto. No, para nada. Cada uno de nosotros tiene su ritmo evolutivo y todos ayudamos al resto a seguir avanzando, dando igual qué nivel tengamos.

Por llamarlo de alguna manera, podríamos señalar que ejercerían una labor de guías, aportando luz en la oscuridad. En momentos de confusión, en el que es difícil ver con claridad, brotan de la nada, personas que dicen ser gurús, profetas con información especial, iluminados que tienen la solución a todos los problemas y se mezclan con los seres que realmente aportarán luz y guía.

Poco a poco, se va acercando una fecha, para algunos fatídica y que crea temor, el 12.12.12. Quedan unos meses hasta diciembre, algunos con sus ideas crean más confusión que claridad, más miedo que seguridad. Cada uno es libre de creer o seguir a quién desee, pero por favor intentemos distinguir la verdad de la fantasía.

Es cierto que se avecinan cambios, más que necesarios pues es evidente el fracaso que la actual estructura socioeconómica actual, pero eso no significa que llegue el fin del mundo. Si será el fin de una época, de un ciclo, pero no de la humanidad.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

martes, 7 de agosto de 2012

Respuestas rápidas a preguntas vuestras sobre los seres queridos

Con esta entrada queda inaugurada una nueva sección del blog, la de respuestas y preguntas. Muchas veces en los correos dejáis preguntas muy similares unas a otras, y he decidido dar una respuesta rápida a alguna de ellas. 

Varias personas preguntáis qué es la mediumnidad y qué relación hay entre ella y la intuición

La mediumnidad es el don o la capacidad de establecer contacto con los seres queridos fallecidos, y la realiza un médium, un intermediario entre ambos mundos, el terrenal, el nuestro y el astral u otras dimensiones, el de ellos.

Para tener más información en la sección de etiquetas clicar mediumidad

Cómo puedo conectar con mi familiar. No le siento, no le veo, qué hago mal.

El que podamos o no conectar con nuestros seres fallecidos tienen que ver con varios aspectos. Por una parte, al morir, los seres necesitamos un período de adaptación, y es distinto para cada uno. Este tiempo es necesario para pensar qué hacer, qué camino tomar y es más complicado tener señales suyas. Debemos tener presente, que siempre son ellos los que se ponen en contacto con nosotros y nuestra actitud debe ser la de permanecer a la espera a ver sus señales.

Por otra parte, el dolor que sentimos, la pena y la angustia, cierran el canal o la sensibilidad para poder sentirles. Lo ideal, es dejarse llevar, fluir y pedirles que muestren sus señales de manera clara, para que podamos entenderles.

Para más información clicar en la sección de etiquetas en Comunicación con seres queridos, señales

Qué es el tránsito

El tránsito es el proceso que se desarrolla antes, durante y justo después de la muerte. Es el tiempo de preparación con el que contamos para aceptar e integrar la muerte. A veces, se realiza antes de morir; otras, cuando ya estando muertos.

Para más información, mirar en la sección de etiquetas en tránsitos.

Cómo podemos comunicarnos con los seres queridos ya fallecidos.

La comunicación se puede establecer de muchas maneras. No existe una única manera de hacerlo, pero si que debe hacerse desde el amor y el respeto. Se puede hacer a través de una visualización, de una oración, de escribirles, de hablarles... Debemos estar abiertos a lo que suceda, puesto que las señales que recibamos pueden presentarse de maneras diferentes.

Para más información clicar en la sección de etiquetas en visualización, señales.

Por qué pese a mi dolor, tengo que dejar que se vayan mis seres queridos.

Al morir pasamos a otra dimensión o plano. Las emociones no se viven de la misma manera que en la tierra, eso no significa que no se acuerden de nosotros o no nos quieran. Como almas, somos eternas, y seguimos desarrollando actividades o trabajos, y para ello es necesario dejarles espacio y tiempo, no atosigarles, y muy importante, no anclarles con nuestro dolor. Somos libres y ellos, al igual que nosotros, debemos seguir nuestro camino.

Podemos enviarles luz y amor; decidles que deben encontrar la paz y la calma; y aunque les echaremos de menos, y sintamos dolor por la pérdida, debemos animarles a encontrar su bienestar y camino. 

Para más información clicar en las etiquetas en luz y amor, duelo.

Si queréis tener más información, seguir investigando y leyendo, podéis mirar en la sección de etiquetas y que se dejen llevar por la intuición y cliquen en todas las secciones que les llame la atención.


La imagen de la foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Reencarnación, vidas pasadas y niños

He recibido un correo que plantea una cuestión muy interesante. Coro, tras haber vivido unas regresiones, ha recibido información sobre qué tipo de relación tenía en otras vidas con quienes hoy son su familia. Le preocupa si debe compartir la información con sus hijos y cómo hacerlo.

Contestaré desde mi perspectiva, la de médium y canalizadora. El tener información de otras vidas puede ayudar a entender ciertas situaciones, actitudes o relaciones que tenemos con otras personas.  

No debemos olvidar, que vivimos esta vida, la actual y presente; y las relaciones, pensamientos o acciones que hagamos deben ser desde la perspectiva del hoy. No importa quiénes fuimos o qué hicimos, estamos aquí para aprender, para resolver cuestiones o para descansar; en definitiva, para trabajar en la evolución de nuestra alma.

Es importante saber qué queremos hacer con la información que tenemos. No es lo mismo saber, por ejemplo, que mi padre era mi mejor amigo o mi enemigo en otra vida, o el que ahora es mi hijo, antes fue mi amante o asesino. Las relaciones que tenemos ahora ya sean positivas o complicadas, sólo podemos resolverlas desde la actualidad. Podemos llegar a comprender a través de nuevos datos, el porqué de ciertas actitudes, pero debemos seguir construyendo la vida desde la vida presente

En cuanto a los niños, cómo hablarles de vidas pasadas y su conexión con la nuestra, creo que puede ser algo complicado. Los niños hasta los siete años aproximadamente tienen abiertos sus canales intuitivos y pueden ser conscientes de que están aquí de paso, tener recuerdos de otras vidas; o, por el contrario, no querer o no recordar nada en absoluto.

Es posible que hayamos podido escuchar a algunos niños decir cuando era mayor cuidaba de ti, vivía en aquella casa o en tal lugar; hemos visto que actuan ante determinadas circunstancias en teoría desconocidas, como si supieran qué tienen que hacer sin que nadie les haya enseñado a hacerlo. Los recuerdos de otras vidas, están ahí, relativamente al alcance de la mano. Cuándo es el propio niño el que habla del tema, podemos escucharle con atención, investigar lo que cuenta o decidir no hacer nada. Dependerá de los adultos saber que determinación tomar ante ello y cómo vivirlo.

Cuando somos nosotros los que tenemos la información y queremos compartirla con el niño, la situación se vuelve muy delicada. El decirle a un niño, por ejemplo, me he enterado que antes eras mi hermano y nos queríamos mucho, no creo que tenga efectos negativos, salvo que el niño no logre comprender con totalidad a lo que se están refiriendo.

En cambio, por ejemplo, si le digo a un niño, mira en otra vida, me hiciste la vida imposible y éramos enemigos, me parece que está demás. Aquí preguntaría a los familiares, qué buscan, qué intención tienen al hacer la pregunta, resolver una cuestión o hacer que el niño se sienta culpable por algo que no ha hecho ahora.

Si un niño tiene curiosidad o habla del tema de la reencarnación, lo lógico sea responderle en la medida que su capacidad intelectual y emocional le permita entender y comprender lo que se está diciendo; eso si, siempre desde el respeto y del amor. Pero victimizar o culpar sin motivos, sobra, tanto en adultos como sobre todo, en niños.

No debemos olvidar qué nos mueve, qué intención tenemos y qué buscamos al hablar de estos temas con otras personas. Vivimos esta vida, la actual y tenemos por delante un tiempo precioso para solucionar aquello que esté en nuestras manos y más si tenemos una información que ayude a ello. Pero hacer daño gratuitamente, está fuera de lugar.

La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.