viernes, 27 de enero de 2017

Punto seguido, nuevos proyectos y Spiral Aurea


Este año que acaba de comenzar está siendo muy especial para mí por muchos motivos.

Uno de ellos, es el de iniciar una nueva etapa a nivel profesional. Este blog, Comunicación entre dos mundos, vida y muerte, también evoluciona y crece. Se ha hecho mayor y da un paso más allá pasando a ser, Spiral Aurea.

Esta es la última entrada que escribo en este blog, pero que nadie se asuste, seguiré escribiendo sobre los mismos temas, la vida, la muerte, la comunicación con los seres queridos, la espiritualidad, sobre la evolución y crecimiento personal en Spiral Aurea.

A partir de ahora, me encontraréis ahí. En la barra superior de la página principal del blog, está la pestaña Spiral Aurea que lleva directamente allí, o si lo preferís sólo tenéis que pinchar sobre el nombre de Spiral Aurea.

Os espero a todos.


 

lunes, 16 de enero de 2017

Despertando espiritualmente

Hace unos días mantuve una conversación muy interesante sobre el despertar espiritual. Todo comenzó cuando me preguntaron: ¿qué tengo que hace para despertar a nivel espiritual?

Somos seres espirituales desde siempre, aunque tendemos a olvidarlo porque no lo vemos. Por otra parte, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de espiritualidad? Hay personas para quienes espiritualidad y religión es lo mismo; otras, no tienen ninguna creencia religiosa y son espirituales. Vaya lío.

Ser espiritual, es ser consciente de quiénes somos, de nuestros pensamientos, acciones, sentimientos. De vivir plenamente cada instante, siendo fieles a nosotros, a nuestra esencia que es divina, a nuestro corazón, en equilibrio y armonía. 

Es decir, que si sentimos alegría, vamos a vivirla plenamente; si sentimos dolor, no esconderlo, vamos a experimentarlo. Si escondemos lo que sentimos, no podremos ser capaces de averiguar quiénes somos, cuáles son nuestros límites, nuestras emociones, lo que implica el vivirlas, de qué manera nos afecta, y preguntarnos, cómo o qué podemos hacer para encontrar respuestas y volver a la armonía interior.

A mayor conocimiento sobre nosotros mismos, más fácil será hallar las herramientas o pasos que nos ayuden a vivir las situaciones difíciles y complicadas. No desaparecerán, pero suelen ser más llevaderas. 

El despertar espiritual conlleva aprender. Vivir es aprender. Luego el despertar espiritual es vivir plenamente, siendo conscientes de que está en nuestras manos, el avanzar, el crecer y evolucionar.

Al igual que en el colegio, cada vez que aprendemos, pasamos a otro curso superior. En el camino espiritual, pasa algo similar. A mayor aprendizaje, más conocimiento, mayores pruebas. 

La vida a lo largo de sus pruebas, ayuda a que despertemos, a que seamos conscientes de nosotros mismos, de cuáles son nuestras capacidades, dones, facultades, límites. Está en nuestras manos el quedarnos dormidos, avanzar, o quedarnos donde estamos. Todo es perfecto.

Tenemos a nuestro alcance herramientas, técnicas que ayudan a despertar. Empezaremos por el principio, estar en silencio y aprender a escucharnos. Para ello podemos apoyarnos en la meditación, la visualización, en estar en contacto con la naturaleza, en nadar, correr, hacer punto, en practicar yoga... Si no sabéis qué hacer o por dónde empezar, es fácil, comenzad por lo que os resulte más cómodo. También podéis probar varias técnicas hasta encontrar la que resulte la más adecuada.

El despertar espiritual va ligado a ser conscientes, a vivir con plenitud la vida, tanto lo bueno como lo difícil, incluyendo la superación de pruebas y obstáculos cuando los haya, a aprender a reírnos de nosotros mismos, y encontrar el punto de equilibrio que nos permita seguir viviendo y avanzando en paz, calma y armonía.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

jueves, 5 de enero de 2017

Carta a los Reyes Magos

Sí, hay días y noches mágicas. Una de ellas, es la víspera de Reyes.

De niña, era emocionante ver la cabalgata de los reyes magos. Luces, antorchas, ponis, vagones llenos de paquetes que al verlos pasar por delante no podías dejar de pensar: ¿y si está ahí lo que he pedido?

La música anunciaba la llegada de la carroza de cada rey. Los niños gritábamos para hacernos oír y de paso, conseguir algún que otro caramelo de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Qué noche más larga a la espera de la visita de los reyes. Nervios y emociones a raudales. Querías y no podías dormir hasta que caías rendida de sueño. Madrugón mañanero para ver qué regalos habían dejado junto a los zapatos.

Mirabas con sorpresa y credulidad casi absoluta las copas de cava, los pedazos de turrón que faltaban del plato y que habían tomado los reyes al hacer un alto en el camino y reponer fuerzas.

Ahora, ya siendo adulta, cuando vuelvo a ver la cabalgata de reyes, me fijo en las caras de los niños pequeños, llenas de ilusión y entusiasmo. 

Hay tradiciones que no hay que perder. Este año, una vez más, volveré a escribir una carta a los reyes magos.

Queridos Reyes Magos de Oriente:

Se que mañana os espera un día muy ajetreado y lleno de trabajo. Tenéis que leer muchas cartas rezagadas como la mía. Así que seré breve.

Quiero daros las gracias por todo lo que he vivido a lo largo de este año pasado, por los momentos bonitos, por todo lo que he aprendido, por las pruebas superadas, aunque a veces, han sido más duras y difíciles de lo que me hubiera gustado, por las metas y deseos que aún quedan por alcanzar, por todo lo que me queda por vivir y disfrutar... Me habéis regalado dosis extra de risa, fuerza, esperanza, alegría, ánimo...

Si os parece bien, me gustaría que se repitieran los mismos regalos. Son útiles, prácticos, bonitos y vienen de maravilla. Además no ocupan mucho espacio.

Se que vais a llevar la felicidad a muchos rincones, vais a visitar lugares remotos y cercanos, vais de dejar presentes y regalos a niños y a adultos. Para todos ellos, deseo que reciban, además de lo que han pedido, todo lo que necesiten y quieran. A lo que si me permitís añadiré algo que nunca está de más, felicidad.

Muchas gracias por toda vuestra labor, queridos Reyes Magos.

Besotes,

María Eugenia

Y a todos vosotros, deseo que se concedan vuestras peticiones, que se cumplan vuestros sueños y que seáis muy felices. Os envío un cargamento de luz y amor.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.